lunes, 24 de marzo de 2014

Lo que el viento se llevó




A nadie se le escapa que el viento puede ser importante a la hora de determinar los movimientos de un animal que vuela. Lo que ya no es tan obvio es hasta qué punto el viento puede limitar dichos movimientos o a partir de qué intensidad de viento se produce tal limitación o condicionamiento. También resulta interesante investigar qué estrategia sigue un animal que hace varios vuelos diarios de ida y vuelta para lidiar con el viento. Éstas son las cuestiones que nos planteamos en este trabajo que acaba de ver la luz.




En él concluimos que el viento del área de estudio es relativamente suave y no constituye un limitante para los cernícalos. Sin embargo, sí condiciona sus movimientos y los condiciona más cuanto menos decidido tiene el cernícalo dónde ir. Es decir, al principio de la temporada de cría, cuando los cernícalos no tienen mucha actividad en la colonia y tampoco parecen existir zonas especialmente propicias para la caza, los cernícalos se dejan llevar más por el viento. Por contra, al final de la temporada de cría, cuando los cernícalos se afanan en procurarle alimento a su prole, eligen las mejores zonas de caza independientemente de la dirección en la que sopla el viento.

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